La visita al casco antiguo de Bocairent, declarado conjunto historico-artístico, se hace imprescindible, sobre todo después de haber contemplado la impresionante panorámica desde la carretera.
Cuenta con un peculiar trazado de calles, al más puro estilo árabe, con subidas y bajadas, escaleras, revueltas, plazoletas, callejones… Un paseo por las empinadas calles, que es conveniente realizar con el calzado adecuado, nos descubrirá rincones de gran belleza. Fuentes y macetas con flores marcan toda la paseo, que nos puede llevar a alguna de las tres ermitas del casco antiguo: Sant Joan, Mare de Déu dels Desemparats y Mare de Déu d’Agost.
En la parte más alta del casco antiguo está ubicada la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y su museo, y bajando hacia la placeta de Sant Vicent, está ubicado el Museo de Oficios y Costumbres, con un telar antiguo, en perfecto funcionamiento.
La particular situación orográfica de Bocairent ha favorecido el desarrollo de diferentes culturas a lo largo de la historia. Se han encontrado restos de asentamientos humanos del Neolítico en las cuevas del Vinalopó y de la Sarsa, así como diversos poblados íberos ubicados en pequeñas lomas de la zona. También los romanos dejaron su huella en algunas villas del término. En el museo arqueológico municipal «Vicent Casanova», situado bajo la iglesia, tendremos ocasión de ampliar esta información.
La etapa islámica fue una de las más prósperas y la que ha dejado un mayor legado. La música tradicional, la gastronomía, las fiestas y algunas tradiciones así lo demuestran. En 1245 la población pasó a formar parte de la Corona de Aragón. En 1418 fue declarada Villa Real y en 1587 Felipe II le otorgó el título de Real Fábrica de Paños, que dotó a Bocairent con el Libro de los Privilegios (exhibido en el museo parroquial), es decir, la reglamentación corporativa de las actividades textiles; actividad que ha continuado hasta nuestros días.