La fuerza del río ha sido clave para el desarrollo agrícola e industrial de Bocairent. En el transcurso de la historia, se han utilizado complejos sistemas de riego, desde los diseñados por los árabes hasta llegar, en la época contemporánea, a la maquinaria industrial.
Aunque los molinos empezaron utilizando una tecnología preindustrial, algunos se adaptaron a nuevas funciones y dieron lugar a fábricas harineras, papeleras, textiles, hidráulicas, etc. Para que estas fábricas funcionaran se utilizaba la fuerza procedente del agua como única energía.
Durante los siglos XV y XVI, existían en Bocairent mecanismos para moler el grano y para apresto de los trapos. Pertenecían a unas pocas familias que casi monopolizaban su explotación. En el siglo XIX tuvo lugar un cambio que revolucionó la industria textil: la aparición de la máquina de vapor. Este invento hizo que aumentara la producción de harina y, a la vez, se reducía la mano de obra. Un inconveniente eran los costes de adquisición y de abastecimiento de carbón, como combustible para su funcionamiento.
No obstante, algunos empresarios no dudaron en adaptar sus viejos molinos de agua, lo que provocó la aparición de nuevas industrias a orillas del río Clariano, siendo el máximo momento de auge la segunda mitad del siglo XIX. El 1898, con la llegada de la energía eléctrica a Bocairent, las fábricas se instalan en el casco urbano y dejan las viejas a orillas del río que, poco a poco, se iran abandonando.
El molino del Pontarró y el molino Viejo o molinet son ejemplos de molinos con balsa de acumulación, la cual todavía se conserva (era propiedad del convento de los Franciscanos desde el siglo XVI); el molino de la Cova d’En Gomar (es el más antiguo y aparece ya documentado a los siglos XIII-XIV); el molino de la Senda de l’Esvaradora; el molino del Toll del Setrill; el molino de Luna; el molino de Piedra; el molino de Eduardo Juan o de la Rueda, magnífico y grandioso molino, que al final fue fábrica de tejidos y de tintes, y del cual todavía se puede ver la espectacular rueda vertical que le da nombre, de unos 6.5 m de diámetro. También cabe nombrar la magnífica fábrica de los Beneytos y la central hidráulica de los Julià.